jueves, 11 de septiembre de 2008

Cercanía


Me estremezco hasta detenerme
el corazón se acelera
y mi rostro se enrojece.
Las palabras se atoran en mi boca.
Tiemblo y me éxito como un cometa
que pasa cerca de tu calor de fuego,
encendido salgo disparado
sintiendo todos los pensamientos.
Cegado por tu luz vuelo sin control
solo me impulsa el deseo de rozarte
un instante, un segundo
tan pequeño como infinito

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Bello poema, fugaz...=)

Anónimo dijo...

què momento, culiah....ese es el instante en que las gambas te piden pido, te tiemblan.
muy sentido esto. yo te felicito.