Vagando en sentido contrario
con ese miedo de preguntar
hacia donde voy.
Entregado sin más remedio
al vértigo de extrañarte,
acelero contra el tiempo
para encontrarte,
devorando caminos estériles
perdido y buscando afiebrado
en las pequeñas brechas
de lo cotidiano,
en los sueños,
configurando casualidades
y conspirando al destino
forzando lo inevitable,
repitiendo mil veces tu nombre
en una carrera perpetua
que solo tu mirada
puede detener
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