
Palidecido por esa noche
que tembló el mundo,
me acorde que no estabas.
Tanto te había buscado
y te perdí entre mis brazos.
Vagaba entre las sabanas
como buscando un consuelo,
sin quejas, sin llantos.
Como olvidándome lo inolvidable,
dardo certero enterrado en mi.
Y sigue temblando el mundo,
los hombres, los sueños
Ya no importa dormir o morir
solo esperar que pase esta noche.
Sigo
La isla que se aleja no deja rastros,
se pierde en este mar mentiroso
me abraza con fruición,
helado infierno de tus ojos,
silencio de guerra.
Alimento de negras serpientes
que caminan por mi espalda
saludando a mis tristezas.
Alguien tiene que aparecer
a despertarme de nuevo.
2 comentarios:
"No me busques hoy pues no me encontrarás; no en mí. No permitas a tus ojos entrecerrarse para intentar hallarme en las sombras nocturnas de nuestra habitación, pues no estaré allí. No permitas a tus manos palpar las sábanas, pues mi calor no estará allí para arrullarte.
Hoy búscame sólo en ti. Debajo de tu piel, en tu aliento y en tu memoria. Mi abrazo, aunque no sea físico, se quedará contigo a cada momento."
Y tú, mi amor, te vas conmigo.
Tu olor va tatuado en mi piel; tus besos, en mi memoria; y la esperanza de que la relatividad del tiempo en esta ocasión esté a mi favor, en mi corazón.
mia camara traviesa que andas por ahí, gracias por mirarme y soportar mis caprichos y travesuras
Publicar un comentario